Hola:
Llevo un tiempo observando, sobre todo en las redes sociales, y especialmente en Twitter, que la inmensa mayoría de usuarios del sistema ferroviario español se quejan cada vez que el tren en el que viajan se para o sufre retrasos. Y ya no es sólo que se quejen, sino que muchos preguntan qué ocurre, sin que se les dé una respuesta adecuada o que satisfaga su curiosidad.
La intención que tengo al empezar este blog es la de ir explicando, poco a poco, y con palabras que todos podamos entender, cómo funciona esto de los trenes: por qué un tren se para sin motivo aparente, por qué un tren se retrasa... Pero siempre desde un punto de vista técnico.
Queda muy lejos de mi intención dar respuesta a las incidencias que ocurren diariamente en los trenes, y desde luego, es algo que no voy a hacer. Para eso, habrá que dirigirse a los responsables. Lo que pretendo es, que a través de un conocimiento básico de cómo funcionan la circulación de trenes, podamos comprender por qué ocurren o vemos determinadas cosas que nos puedan llamar la atención.
Vamos a comenzar, si os parece bien, explicando unos conceptos, que aunque pueden parecer básicos, pasan muchas veces desapercibidos y no llegamos a ver su importancia.
Como todos sabéis, los trenes circulan por las vías. Pero, ¿qué es una vía de tren? Bueno, pues son una pareja de carriles dispuestos de forma paralela sujetos por traviesas, que a su vez están sujetas a la plataforma por el balasto.
Hala, ya he roto mi promesa. Dije que iba a utilizar palabras "que todos podamos entender" y ya estoy soltando palabros.
Sobre la plataforma se tiende una capa de balasto, que no son más que las piedras esas que vemos siempre en las vías. Cumplen varias funciones. En primer lugar, sirven como drenaje de la vía, así, cuando llueve, el agua se filtra hacia abajo y no afecta a la vía. En segundo lugar sirven como amortiguador; los trenes provocan vibraciones y movimientos que se ven amortiguados por el balasto, porque las piedras están sueltas y "se mueven", absorbiendo esas vibraciones. Y por último sujección; el balasto sujeta la vía para que no se desplace cuando pasa un tren.
Metidas entre el balasto están las traviesas. Las traviesas son esas cosas que están "atravesadas" debajo de los carriles. Cumplen la función de sujetar, básicamente. Sujetan los carriles, y a la vez, mantienen el paralelismo de los carriles, el llamado "ancho de vía", que daría para llenar muchas páginas.
Y por último, tenemos los carriles. Un carril es esa barra larga de hierro sobre la que rueda el tren. Tiene una forma peculiar y su función es, precisamente esa, que el tren ruede sobre ella, y a la vez, guiarlo en su recorrido.
Sólo con esto, ya podemos echar a andar un tren.
Pero antes, vamos a ver qué es un tren.
Un tren es un conjunto de vehículos que se desplazan por una vía, generalmente arrastrados por una locomotora. Pero al margen de la definición, un tren es un cacharro de hierro enorme, que pesa una burrada y que se desplaza por la vía apoyado en unas ruedas que a los que saben de carretera les parecen ridículas, que además son de hierro también. En resumen, un bicho enorme, pesado (de cientos de toneladas) y que resbala un montón y es difícil de frenar.
Pues hala, ya tenemos nuestro ferrocarril: la vía y el tren. Ya podemos circular.
Mientras estemos nosotros solos, no pasa nada. De hecho, así es como empezaron la mayoría de compañías ferroviarias del mundo, con un solo tren y una sola vía, aunque pronto empezaron a crecer y a tener más vías y más trenes. Y eso trajo consigo la necesidad de ordenar y organizar la circulación para evitar accidentes y problemas. Se empezaron a crear los primeros reglamentos de circulación y las señales para los trenes. Y las órdenes para gestionar la circulación se les daban en las estaciones, lugares donde también hacían las operaciones comerciales (subir y bajar viajeros, cargar y descargar mercancías) Para ello, las estaciones disponen de varias vías, que están unidas mediante "desvíos" o "agujas".
Las agujas o desvíos (en el mundo ferroviario se les suele llamar agujas antes que desvíos) son los aparatos de vía que permiten que los trenes puedan pasar de una vía a otra, o tomar bifurcaciones. Y así, juntamos vías y estaciones, las repartimos por el territorio, ponemos unos cuantos trenes y, ¡hala¡, ya tenemos nuestra compañía de ferrocarriles.
Y por hoy, creo que es suficiente, para no aturullar al personal con datos, definiciones, siglas y demás.
Saludos.
Me apunto al cursillo. Promete ser didáctico. Gracias por el trabajo Yagolo.
ResponderEliminarEmpiezo por el principio. Ayer ya leí parte del blog.
ResponderEliminarMuy buen trabajo, Yagolo.
Esto tiene muy buena pinta
ResponderEliminarInteresante, seguiremos el blog post a post desde el principio!
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